LA CENA

Nos situamos en el año 1999 y reemprendemos el curso de nuestra historia.

Frente a las dificultades de adaptación operativa de la normativa de prevención de riesgos laborales traspuesta en España y tras convencer al director general de la Mutua de accidentes sobre la bondad de implantar y certificar un sistema de gestión de la calidad, este prevencionista en apuros, comienza a alternar funciones de documentación e implantación de planes, programas, procesos, procedimientos e instrucciones para su servicio de prevención ajeno, con las labores de evaluación, planificación control de riesgos en las empresas que aceptan la prestación de tales servicios.

El proceso se extiende durante hasta el solsticio de verano y, es entonces cuando la competencia se adueña de nuestros pensamientos: "Ven con nosotros, tenemos un proyecto preventivo de primer orden y tú nos interesas para liderarlo". En resumen, el verano de 1999 cambio de trabajo y sin vacaciones.

Se esfuma el mes de julio y tras un par de reuniones de ajuste una gran entidad bancaria nos solicita realizar la identificación de peligros y evaluación de riesgos de la totalidad de sus oficinas de atención al cliente, unas 3000 por todo el territorio español.

¡Que Agosto!. "Puedes irte de vaciones unos días, si te parece ...". "No, no puedo, tengo que seleccionar personal en toda España, formarlo, dotarles los equipos de medición oportunos y es agosto ..."

El proyecto se inició durante la primera quincena de septiembre y se acabó en el albur del cambio de siglo. Un éxito rotundo, un trabajo correcto y una rentabilidad muy alta. Vítores y aplausos, el resto de la actividad adelante y todo un año 2000 por delante.

Y ya se sabe, hay que estar a la duras y a las maduras.

Pero eso ya es otra historia.

Como decía el poema de Baltasar de Alcázar, "La cena", en sus estrofas finales:

" ...

Ya que, Inés, hemos cenado
tan bien y con tanto gusto,
parece que será justo
volver al cuento pasado.

Pues sabrás, Inés hermana,
que el portugués cayó enfermo...
Las once dan, yo me duermo;
quédese para mañana.

..."

Salu2